Fantástico concierto de Amaral en un abarrotado Teatro Principal de Zaragoza

Fotografías: fotografiadeconciertos.com
Tras los obligatorios diez o quince minutos de espera con respecto a la hora prevista, aparecía Eva Amaral, sola sobre el escenario, armada con su guitarra e interpretando Esta noche, de su (pen)último trabajo Gato Negro-Dragón Rojo. Los colores del disco eran los suyos: toda ella de un negro sólo corregido por los rojos zapatos de tacón. Tomaba el micrófono para adelantar al público que pretendía tocar y cantar ese concierto con la comodidad con la que lo haría en el salón de su casa.
Inmediatamente después, se colocaba bajo los focos Juan Aguirre para enfrentar juntos los retos de Un día más.
Comenzaban el primero de una serie de tres conciertos en el Teatro Principal de Zaragoza, con todo vendido desde hacía mucho tiempo, y ante un público muy distinto entre sí, de tribus muy variadas y, aunque suene raro, con un elevado número de niños pequeños (de niñas, sobre todo, para ser exactos) en las butacas.
Aguirre recordó a unos jóvenes que tocaban en El teatro de las ánimas, en la Sala Arrebato, en la Morrissey, y que esa noche pisaban las tablas del Teatro Principal. Para unos músicos de Zaragoza, puede que no haya nada más emocionante que hacer sonar su música y su voz contra el cierzo de la ciudad, lanzadas a la calle, en unas Fiestas del Pilar quizás (para redondear la escena). Pero eso ya lo han hecho los Amaral. Y también, como recordaron, habían tocado una vez en el Principal hacía mucho tiempo. Pero esta vez era distinto: con la emoción de los que se fueron de casa para buscar un sueño, y lo encontraron, regresaban Amaral a su ciudad y pisaban las maderas de ese espacio sagrado, de este templo civil, que es el Teatro Principal de Zaragoza. Es probable que tocar en el Principal sea lo segundo más emocionante.
Y –animando a crear cierto desorden y tranquilos de saber que, hicieran lo que hicieran, el Heraldo los iba “a poner a parir” al día siguiente (Aguirre dixit)– subió la banda (con Enrique Mavilla, miembro del desaparecido Distrito Catorce, en los teclados) y pronunciaron Doce palabras que comenzaron a levantar los ánimos de los asistentes, labor que se encargó de completar El universo sobre mí.

Tras pedirnos Perdóname y confesarnos Moriría por vos, ante nosotros se abrieron Las puertas del infierno y alguien dijo No sé qué hacer con mi vida.
Mientras tanto, contaba Eva Amaral que, un rato antes, en las puertas del teatro, una chica llegaba a ofrecer quinientos euros a quien le vendiese la entrada: ella se lo agradeció, agradeció también que nadie hubiese aceptado tan jugosa oferta (aunque el de detrás mío juraba no haberla oído…) y agradeció a la dirección del teatro que finalmente hubieran invitado a la chica a asistir al concierto, tal y como hicieron.
Y seguía la música, con muy buen sonido: Concorde, El blues de la generación perdida, Salir corriendo y Marta, Sebas, Guille y los demás.
- ¡Artista!
- Muchas gracias, aunque, en los tiempos que corren, eso es casi un insulto…
Tras un recuerdo a la memoria de Antonio Vega con Cómo hablar, se marchó la banda y se quedaron solos Eva Amaral y Juan Aguirre. Se sentaron en el borde del escenario, bajó Aguirre al patio de butacas y Eva aceptó un regalo (otro) que le hacían desde la primera fila: un osito Winnie the Pooh. Con él en sus brazos cantó Alerta, y no era para menos, ya que confesó que siempre le había parecido sospechoso eso de referirse a un peluche con el apelativo de Winnie el Mierda.
Ello no le impidió, vueltos los músicos, vivir una Resurrección y hallar una Estrella de mar.
La explosión vivida con el Big Bang, provocó incluso que se le cayese el micrófono al suelo. La cosa se calmó con Te necesito y el concierto parecía terminar En sólo un segundo.
- ¡Otra, otra, otra!
Sale Juan Aguirre con la banda y vuelve a agradecer la asistencia y el que se agotaran tan rápido las entradas y afirma tocar también para aquellos que querían y no han podido asistir. Sesión de virtuosismo en la guitarra, mano a mano con Octavio Vinck, y Aguirre que canta Es sólo una canción.
Vuelta Eva Amaral, será el turno de Atrás, una versión de Nacha Pop. Y el momento de confesar que un día quisieron componer una rareza, que formara parte quizás de la música de una película de Tarantino, pero que no lo consiguieron: esa “rareza” se llama Sin ti no soy nada.
- Hasta la vista, maños.
Ahora sí que parecía el final, pero más gritos de “¡Otra!”, reforzados esta vez con repetidos “¡Oé, maños, oé!”, hicieron que Eva Amaral apareciera por tercera vez en el escenario: se descalzó, se sentó en el suelo y, ayudada por un hermoso y enorme instrumento traído de la India, cantó De carne y hueso.
Los zapatos rojos habían desaparecido.

Amaral nos recordó después que, tristemente, No quedan días de verano. Y lo que faltaba era una explosión que Eva comenzó, dejándose la piel en el escenario, con Kamikaze (nunca mejor dicho) y que terminó, con el público en pie, enarbolando la bandera de la Revolución: para entonces (¿casualidad?), el palco del Ayuntamiento ya estaba vacío.
Terminaba un concierto de casi dos horas y media, plagado de guiños y complicidades, con unos músicos excelentes (no quiero acabar sin citar a la joven violonchelista zaragozana Zulaima Boheto) y con un público entregado, que cobraba feliz el premio esperado.
Eva Amaral veía cómo se cumplía su deseo inicial y recibía los aplausos despeinada y descalza, como si andase por el salón de su casa. Descalza, como se pisa el suelo de los templos…
Enrique Cebrián Zazurca
Todas las fotos en fotografiadeconciertos.com











Doy fe de que el concierto fue la caña,me reafirmo en que estos son mucho mejores en directo que en el estudio,transmiten mucho y eso,el publico,lo agradecemos un monton. Comentar que yo tampoco vi en la cola a la chica de los 500€ pero que no le hubiera vendido mi entrada,estos tres conciertos son unicos. Ah,y que me alegro por ella.
Tengo que añadir a tu articulo que la persona que le entrego el osito Winnie recibio, al finalizar el concierto, de manos de Eva Amaral, la armónica que ésta tocó durante el concierto. Un saludo.
Gracias por la crónica y por las fotos. Es un lujo poder vivir el concierto así los que no pudimos estar.
Enhorabuena por el artículo. Tenéis un gran equipo de colaboradores.
Gracias!
Vi casi desde atrás que Eva Amaral daba algo a alguien al final, pero no sabía a quién, ni lo que era. Gracias por completar la información!
Amaral en directo, bien.
Si me pongo un disco suyo solo puedo decir una cosa: Amaral…(desde hace varios años ,ya) me aburroooo.
Pero…¿donde lo pones el cd? ¿sigues aburrido desde 2009? Un saludo
me encantaron las fotos.
quisiera ver mas.